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Poemarios

 
Sexto Poemario

AÑO 2001
 
***
 
 
El viejo
 
 
La plaza,
un verde banco
tatuado con mil nombres.
Un anciano,
de marcadas arrugas,
con sus ojos celestes
de mirada profunda,
sonreía observando
el jugar de unos niños.
 
Qué estaría pensando?
Qué recuerdos viajaba?
 
Lo que doy por seguro
que ese rostro contento,
tiermo y tan satisfecho,
mostraba el corazón
que escondía su pecho.
-
 
Ha nacido un niño
 
 
Ha nacido un niño ¡Que dicha más grande!
En medio de tanta basura sembrada,
ha nacido un niño esta madrugada.
 
Un padre bañado de temor, que pierde
al ver en los brazos
de blonda enfermera, vestida de verde,
esa criatura pequeña, morada,
perla que encontraron
en el vientre tibio de su enamorada.
 
La madre cansada reposa en la cama,
su mirada es tierna, la boca en sonrisa,
los pechos hinchados de leche y cariño
y no es para menos...
 
esta madrugada ha nacido un niño
¡Que dicha más grande!
-
 
Tras la ventana
 
 
La lluvia arrecia
las flores del viejo paraiso
se esparcen por el piso
y un zorzal
se acurruca mojado debajo del alero
su canto se ha callado.
 
El cielo está cubierto
con negros nubarrones
un viento frío agrede
el rostro de la gente
que corre indiferente
a mis motivaciones.
 
La lluvia arrecia
y yo tras la ventana
espero que regreses
para irnos a la cama.
-
 
Abuel@ en el cielo
 
 
Abuela,
qué parte del celeste
de este cielo sereno
corresponde a tus ojos?
Se que estás allí arriba
custodiando mis pasos,
sonriendo complaciente
en cada nuevo intento
que propongo a la vida.
Envíame algún rayo de sol
a modo de saludo.
Tu sabes que te llevo
incorporada al alma,
el pensarte me calma
y si bien te he perdido
yo de ti no me olvido.
-
 
Mi pueblo
 
 
Yo he nacido en un  pueblo
de la rica llanura
que Dios le dio a esta tierra,
con calles polvorientas,
sin apuro por ellas,
alumbrado de estrellas,
perfumado de azahares,
de silenciosas siestas
y bailes populares.
 
Un pueblo en que la gente
te saluda sincera,
donde aun viven palabras
que se han perdido afuera,
donde la indiferencia
no tiene alojamiento,
donde andarás contento
cargando sentimientos.
 
Mi pueblo es Villa Lía
lo tengo en las entrañas
y en verdad que se extraña
(es que es la tierra mía),
he de volver un día,
serviré de simiente,
compartiré la tierra
de nuevo con mi gente.
-
 
La playa
 
 
Caminaba la playa
y vi unas huellas
¡Quizás delante vaya
bella doncella!
pensé, mientras seguía
sus pasos por la arena
 
seguro que es delgada
y femenina
(lo indica la pisada
cuando camina)
pensé, mientras seguía
sus pasos por la arena
 
de hecho que es romántica
y marcha sola
¿Podré con mi semántica
montar las olas?
pensé, mientras seguía
sus pasos por la arena
 
las marcas son recientes
pronto la alcanzo
corazón no te tientes
mantente manso
pensé, mientras seguía
sus pasos por la arena
 
un palo solitario
tenía una muda
no perdona este horario
mujer desnuda
pensé, cuando llegaba
al escenario
 
con aire displicente
miré la orilla
¡Que tarde diferente,
que maravilla!
pensé, cuando esperabas
que regresaras
 
me senté hacia el oriente
tomé la ropa
(que alcanzaría sonriente
al ver su popa)
pensé, la buena suerte
está a mi lado
 
casi sin darme cuenta
cayó una esquela
y por más que no quise
me di en leerla
pensé en querer salvarla
¡Todo era verde!
 
recé una plegaria
acongojado
volví a pisar sus huellas
paso tras paso
pensé ¡si un rato antes
yo hubiera estado!
-
 
Lautaro
(el tren de siete y veinte)
 
 
Estación San Isidro, plataforma a Retiro
en medio de otros tantos (intrascendentes todos)
Lautaro aguarda solo, el tren de siete y veinte.
El andén lo conoce, desde hace algunos días
siempre a la misma altura, repite la rutina,
es que sin proponerse, se dio que descubriera
subiendo en La Lucila a fresca veinteañera.
Sonrisas reprimidas, miradas escondidas,
ha sido el parlamento, único hasta el momenrto.
Otra vez a igual hora, en el justo lugar
mañana como ahora la volverá a encontrar.
 
Y mañana fue viernes.Lautaro muy cansado
no pudo despertar a la hora acostumbrada
y tarde llegaría a su gris oficina,
debería ir en coche (aunque no le gustara)
y extrañando su viaje se marchó a trabajar.
 
La ausencia te acrecienta a menudo las ganas
y ese fin de semana fue para meditar.
El lunes vencería su falta de osadía,
después de quince días, por fin iba a intentar.
 
Así fue, esa mañana temprano ya esperaba
el tren de siete y veinte, perfumado fatal,
se ubicó en un asiento, junto a la ventanilla
pensando las palabras que iba a utilizar.
 
La Lucila, llegamos ¿Dónde estás compañera?
se preguntó buscando hasta que pudo hallar
al afán de su viaje... ¡Pero iba acompañada!
del hombro la tomaba alguien desconocido.
 
Subieron y la joven buscó con la mirada
a Lautaro (azorado).Disculpas le pidió,
como siempre el silencio acompañó la escena.
 
El seguía pensando velando su alegría
-por quedarme dormido, una vez, ese día...
cómo cambió mi historia!!
(quizás sea mejor)
 
El tren de siete y veinte a Lautaro perdió.
 
***
 
AÑO 2002
***
 
 
Para Claudia
 
 
Asomó el capullo
que estaba escondido,
ya dejó tu vientre,
ahora es esperanza
concreta, tangible,
una nueva estrella,
territorio virgen
de nuestras miserias,
disfrútala mucho,
bebe su inocencia,
mírale los ojos
hasta que te inunde
el alma de dicha,
róbale una mueca,
conserva el perfume
de su piel perlada,
no te pierdas nada,
ni olvides dejarle
cada madrugada
antes de acostarte
tu beso de madre
¡Bienaventurada!
-
 
Un bar y dos cafés
 
 
En el bar
una mesa y dos sillas vacías,
como escenografía
resulta suficiente.
 
La ventana refkeja
el correr de la gente,
enajenada.
 
Hay dos indiferentes
a la anarquía del día
que marchan con idéntico
destino su osadía.
Pero es así la historia:
ser presente o memoria,
olvidar o mirarse,
intentar o entregarse
(así lo han comprendido).
 
Los pocillos quedaron
testigos del momento,
comentando en voz baja
la tarde que pasaron,
convertidos en cómplices
de dos enamorados.
-
 
El loco de la plaza
 
 
 (el personaje de estas líneas, puede encontrarse en cualquier ciudad, en cualquier plaza, ser joven o no, varón o mujer, tú o yo...)
 
 
Una plaza
de algún barrio
en esta Buenos Aires,
respirando el poquito
de oxígeno que aún queda,
sentado en un cantero,
bañado por la sombra
perfumada de un tilo,
escribía poesías
un casi delirante,
miraba a todos
y no miraba a nadie,
cada tanto reía
(quizás porque ubicaba
la palabra adecuada)
y esperaba sin dudas
encontrarse con alguien...
 
y pasó el día.
 
Cuando se iba la tarde,
enderezó del suelo,
se sacudió la ropa,
ordenó sus papeles,
masticó algún lamento
y se marchó despacio
de nuevo
sin hallarla.
-
 
El muro
 
 
Delante tengo un muro
insobornable, enorme
(ni siquiera diviso al centinela).
Al no poder cruzarlo
mandé mi mejor sueño
a ver si lo lograba
y aún no ha vuelto.
No se...
si está en camino,
lo hicieron prisionero
o sólo fue eso:
un sueño.
-
 
Mimos para un padre
 
 
Viejo...
 
Ejemplar de quebracho
gastado por los años
(los mismos que marcaron
mi cara con arrugas)
tus raíces no tienen
la firmeza de entonces,
el tanino ha dejado
su lugar a las canas,
tus ojos cuando miras
saben a despedida
y sonríes más tierno
al correr de los días.
 
Viejo, viejo lindo
mi viejo...
(en silencio lo digo)
disculpá si te aprieta
este abrazo:
te quiero
y preciso que sepas
cuán adentro te llevo.
-
 
Una pavadita
 
 
Se manchó mi barrio.
Las casas,
las calles, las plazas,
quedaron pobladas
por capullos blancos,
rosados, celestes...
Inicio de clases,
miradas nubladas,
sentimientos, cantos,
un día distinto
aunque sea de tantos.
-
 
Cuatro medialunas
 
 
Un niño,
diez u once años
(cuesta calcular bien la edad
de esa carita marrón
paspada y sucia)
_tiene algo para comer?
(la repetida pregunta
esperando el consabido NO)
_como no caballero...
 
y le arrimé las cuatro medialunas
que tenía reservadas
para el mate.
Un gracias chiquito
(como su esperanza)
y se fue sin más.
Yo quedé partido.
Qué le pude arrimar?
cuatro medialunas?
y lo demás?
lo que nunca tuvo
(merece)
y no conocerá?
y
cuántos más
necesitaban hoy
las cuatro medialunas
que no les pude dar?
-
 
Calleja
 
 
Estoy de nuevo
pisando esta calleja adoquinada
que de olvidada
matitas de gramilla
han teñido de verde.
Una escalera al cielo.
En la cima, dominante,
nuestra casita blanca
parece un palco abandonado
de una obra sin artistas.
 
Aún viven los toscos ventanales
que hice desguasando
alguna vieja barca
a medias sepultada por la arena
de una playa que siempre nos recuerda.
 
No quedó ni una flor
(tu fuiste la primera).
 
Caminos de la vida...
parece ser invierno
y pienso en primavera.
-
 
No somos ajenos
 
 
Acostumbrado a madrugar, cada mañana,
empiezo a desandar mi recorrido,
oscuro como sombra, bañado de rocío
y siempre los encuentro:
distintos escenarios,similares actores
representan un Hamlet posmoderno,
en vez de calavera y con la misma enjundia
usan un tetrabrik (generalmente blanco)
y lo comparten
para que puedan todos ser parte de la obra.
En ocasiones, alguna yerba rara,
perfuma los rincones de la calle y sus almas,
como efecto especial, complementario.
 
Cuando termina el acto y vuelven a la vida
(que extraña paradoja)
cuando la última orina hayan despabilado
justo antes de acostarse
y cuelguen su mirada del espejo
buscando una palabra...
entonces qué?
 
Posiblemente nada.
-
 
Los vas a ver
 
...los vas a ver durmiendo en la escalera del subte, acurrucados. Las manitos que asoman de un buzo (que ha tenido una historia mejor) son testigos mudos e indudables de la vida que ejercen.
 
...los vas a ver sin horarios ni francos pasándole un trapo, tan sucio como la historia que les toca, a los focos del coche detenido en un semáforo concurrido, mirando simultáneamente al conductor y al próximo y conveniente cliente.
 
...los vas a ver en cualquier boletería, esperando que a tu corazón y a tu vuelto se le escape alguna moneda, aunque  no tengan (en general) el éxito que esperan.
 
...los vas a ver en una total dicotomía, en vidrieras tan diferentes como la de una juguetería o la de una armería, con los mismos ojitos, la misma mirada y diferente destino.
 
...los vas a ver revolviendo el container de desperdicios de algún supermercado o los cajones con desechos de las verdulerías o tu bolsa de basura, recogiendo lo que nadie pensó podía servir y si lo pensó no le importó en demasía. 
 
...los vas a ver prostituidos. Claro, en el lugar y la ocasión apropiados, con el aval y vista gorda necesaria para que esta indignidad sin perdón alguno pueda acontecer.
 
Los vas a ver en muchas partes, pero mientras no los veas instalados en tu alma, mientras no nos duelan profundamente como vástagos propios, mientras no decidamos decir basta a esta realidad, van a seguir computándose cifras como estas:
 
11649 decesos en menores de un año; 3788 decesos entre 1 y 14 años. Lamentablemente, el siguiente grupo estadístico rige entre 15 y ...  44 años!!
Entre otras causas encontramos:1147 por enfermedades del sistema respiratorio, 787 por enfermedades infecciosas y parasitarias, 206 por enfermedades infecciosas intestinales, 29 por tuberculosis!, 16 por otras enfermedades previsibles por vacuna!, 344 por septicemia, 58 por SIDA, 196 por desnutrición!!, 116 por meningitis...
 
Reconozcamos algo: somos parte del problema y de la solución.
 
Fuente: Ministerio de Salud - República Argentina - Datos oficiales año 2000
-
 
La última hoja
 
 
Aún no quiero caerme.
 
Soy la última hoja
y pienso resistir
a la escasez de savia,
al viento que me empuja,
y al curso lógico,
que dice que ahora mismo
debería hacerme parte
del cementerio que veo,
que mi futuro es ser pasado
ocre, natural alfombra de nutrientes.
 
Si tengo que bajarme
quiero hacerlo de noche.
Viajaré en la brisa
hasta el murmullo
que saluda a tus pies.
-
 
Buenos Aires y vos
 
 
Buenos Aires hoy
está bonita, hermosa como nunca,
hay estrellas salpicando la noche
y una luna distinta (misteriosa señora).
Corrientes es un río
desbordado de gente,
cada cual en su mundo
va pintando el paisaje.
 
No veo caras oscuras
incluso
me parece respirar otro aire,
más liviano
perfumado con risas.
 
O será
que camino a tu encuentro?
-
 
Ratas
 
 
Ahí los ves
una actitud similar
a la de ratas.
 
Amontonados sobre la basura
revolviéndolo todo
cartones, diarios
algunos
vestigios de comida
otros
ropa, algo que sirva o no
todos.
 
Que asquerosas las ratas!
verdad?
(contaminan,contagian)
 
y cuando seas rata?
(date tiempo)
-
 
Duendes
 
 
Cuando cada silencio sea un recuerdo
de ilusiones vestidas de utopías,
cuando cada sonrisa corresponda
a un beso navegando fantasías,
cuando (aunque no lo quiera) se me escape
burlándose una lágrima escondida:
es seguro que está (como otros días)
salpicando mis horas sin medida
la historia que soñé pero no es mía.
-
 
Algún barrio cualquiera
 
 
Algún barrio cualquiera
tipo seis de la tarde.
La cuchara marea vestigios de un café
que nadie ha de tomar, pero no importa.
Cigarrillo, dos ojos congelados,
perdidos, enfrentando una ventana,
mirando para adentro, hurgando los porqué
(que no contestan)
Por qué me enamoré de esta manera?
Por qué no se me apagan los sentidos
que me han hecho quererte?
Por qué no imaginaste que vendría?
 
Suicidar la mirada.
Monedas en la mesa.
Unos pasos buscando la vereda,
de una calle normal,
de algún barrio cualquiera.
-
 
Mis viejos
 
 
El vientre que me trajo
humilde como el pan y tan glorioso
compartió con un roble
que de erguido siempre ha rozado el cielo,
la historia general del Universo,
como es poblar la tierra.
Ellos dos, sin dudarlo
fueron, son y seran
mis mejores amigos
 
porque dieron por mi lo que necesitaban,
porque son consecuentes entre verbo y conducta,
porque puedo dormirme sabiendo que estan cerca,
porque cuando hacen falta aún recibo nalgadas,
Que se yo...
porque todo, aunque no importe nada.
-
 
Mal presagio
 
 
La calle está vacía, asemeja
un íngrimo esqueleto en el desierto.
No se percibe gente ni sonidos,
es cemento trivial, adormecido.
Igual que rio seco,
que un cielo indiferente a los celestes,
como ave en cautiverio.
Nada tiene sentido.
Esta calle vacía, arteria sin fluídos
presagia nuevos pasos al olvido.
-
 
Aridez
 
 
La plaza daba pena
sin voces ni canteros,
un par de hamacas rotas
y algún mechón de pasto
como muestra de otrora.
 
En el único banco
imperturbable,
la mirada olvidada en un lugar perdido
estaba el.
 
Un coro de silencios le embargaban el alma,
emborrachando el rostro de soledad antigua,
viajando hacia la asfixia del último suspiro.
 
Era domingo
la plaza daba pena
y un ángel
le secaba los ojos a un muchacho caido.
-
 
Pescador
 
 
El río está sereno y la canoa
lo va cortando en dos
abre la estela,
que a la distancia siguen
a sabiendas,
de algún bocado fácil
benteveos.

El espinel ignora la mesura.
Las manos en un rito
acostumbrado,
toscas, recogen,
el pan, algarabía,
que aplaca, temporaria
la miseria.

El sol que se perdió tras de los sauces
determina que es hora
de sosiego,
la mirada conforme
(otra no queda).
Un sapucai avisa
del regreso.
-
Chau-Chán
 
 
Tenés el corazón encurdelado
y no acertás el bondi que te lleve
al charco donde se ahogan las nostalgias.
 
Tus ojos son cristales astillados
por darte a madrugar mirando estrellas
y ronca tu garganta se ha quedado
de tanto chamuyar con una sombra.
 
Piantá las telarañas que te atrapan
y sentite de nuevo barrilete.
La vida, conventillo sin fronteras
rejunta Recoleta y Balvanera.
 
Hacé lo mismo vos:
 
sacate los temores escondidos,
desnudate la pìel de tanta pena
y liquidá los últimos cartuchos
(ahora que aún podés)
tratando de cazar alguna dicha.

Hablo aquí
de personas precisas
lugares concretos
e instantes específicos
que han intersectado conmigo
en algún lugar
de estos años que llevo puestos.
Fotografías hechas texto.
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