Un bar y dos cafés
En el bar
una mesa y dos sillas vacías,
como escenografía
resulta suficiente.
La ventana refkeja
el correr de la gente,
enajenada.
Hay dos indiferentes
a la anarquía del día
que marchan con idéntico
destino su osadía.
Pero es así la historia:
ser presente o memoria,
olvidar o mirarse,
intentar o entregarse
(así lo han comprendido).
Los pocillos quedaron
testigos del momento,
comentando en voz baja
la tarde que pasaron,
convertidos en cómplices
de dos enamorados.
-
El loco de la plaza
(el personaje de estas líneas,
puede encontrarse en cualquier ciudad, en cualquier plaza, ser joven o no, varón o mujer, tú o yo...)
Una plaza
de algún barrio
en esta Buenos Aires,
respirando el poquito
de oxígeno que aún queda,
sentado en un cantero,
bañado por la sombra
perfumada de un tilo,
escribía poesías
un casi delirante,
miraba a todos
y no miraba a nadie,
cada tanto reía
(quizás porque ubicaba
la palabra adecuada)
y esperaba sin dudas
encontrarse con alguien...
y pasó el día.
Cuando se iba la tarde,
enderezó del suelo,
se sacudió la ropa,
ordenó sus papeles,
masticó algún lamento
y se marchó despacio
de nuevo
sin hallarla.
-
El muro
Delante tengo un muro
insobornable, enorme
(ni siquiera diviso al centinela).
Al no poder cruzarlo
mandé mi mejor sueño
a ver si lo lograba
y aún no ha vuelto.
No se...
si está en camino,
lo hicieron prisionero
o sólo fue eso:
un sueño.
-
Mimos para un padre
Viejo...
Ejemplar de quebracho
gastado por los años
(los mismos que marcaron
mi cara con arrugas)
tus raíces no tienen
la firmeza de entonces,
el tanino ha dejado
su lugar a las canas,
tus ojos cuando miras
saben a despedida
y sonríes más tierno
al correr de los días.
Viejo, viejo lindo
mi viejo...
(en silencio lo digo)
disculpá si te aprieta
este abrazo:
te quiero
y preciso que sepas
cuán adentro te llevo.
-
Una pavadita
Se manchó mi barrio.
Las casas,
las calles, las plazas,
quedaron pobladas
por capullos blancos,
rosados, celestes...
Inicio de clases,
miradas nubladas,
sentimientos, cantos,
un día distinto
aunque sea de tantos.
-
Cuatro medialunas
Un niño,
diez u once años
(cuesta calcular bien la edad
de esa carita marrón
paspada y sucia)
_tiene algo para comer?
(la repetida pregunta
esperando el consabido NO)
_como no caballero...
y le arrimé las cuatro medialunas
que tenía reservadas
para el mate.
Un gracias chiquito
(como su esperanza)
y se fue sin más.
Yo quedé partido.
Qué le pude arrimar?
cuatro medialunas?
y lo demás?
lo que nunca tuvo
(merece)
y no conocerá?
y
cuántos más
necesitaban hoy
las cuatro medialunas
que no les pude dar?
-
Calleja
Estoy de nuevo
pisando esta calleja adoquinada
que de olvidada
matitas de gramilla
han teñido de verde.
Una escalera al cielo.
En la cima, dominante,
nuestra casita blanca
parece un palco abandonado
de una obra sin artistas.
Aún viven los toscos ventanales
que hice desguasando
alguna vieja barca
a medias sepultada por la arena
de una playa que siempre nos
recuerda.
No quedó ni una flor
(tu fuiste la primera).
Caminos de la vida...
parece ser invierno
y pienso en primavera.
-
No somos ajenos
Acostumbrado a madrugar, cada mañana,
empiezo a desandar mi recorrido,
oscuro como sombra, bañado de rocío
y siempre los encuentro:
distintos escenarios,similares actores
representan un Hamlet posmoderno,
en vez de calavera y con la misma
enjundia
usan un tetrabrik (generalmente blanco)
y lo comparten
para que puedan todos ser parte de
la obra.
En ocasiones, alguna yerba rara,
perfuma los rincones de la calle
y sus almas,
como efecto especial, complementario.
Cuando termina el acto y vuelven
a la vida
(que extraña paradoja)
cuando la última orina hayan despabilado
justo antes de acostarse
y cuelguen su mirada del espejo
buscando una palabra...
entonces qué?
Posiblemente nada.
-
Los vas a ver
...los vas a ver durmiendo en la
escalera del subte, acurrucados. Las manitos que asoman de un buzo (que ha tenido una historia mejor) son testigos mudos e
indudables de la vida que ejercen.
...los vas a ver sin horarios ni
francos pasándole un trapo, tan sucio como la historia que les toca, a los focos del coche detenido en un semáforo concurrido,
mirando simultáneamente al conductor y al próximo y conveniente cliente.
...los vas a ver en cualquier boletería,
esperando que a tu corazón y a tu vuelto se le escape alguna moneda, aunque no tengan (en general) el éxito que esperan.
...los vas a ver en una total dicotomía,
en vidrieras tan diferentes como la de una juguetería o la de una armería, con los mismos ojitos, la misma mirada y diferente
destino.
...los vas a ver revolviendo el container
de desperdicios de algún supermercado o los cajones con desechos de las verdulerías o tu bolsa de basura, recogiendo lo que
nadie pensó podía servir y si lo pensó no le importó en demasía.
...los vas a ver prostituidos. Claro,
en el lugar y la ocasión apropiados, con el aval y vista gorda necesaria para que esta indignidad sin perdón alguno pueda
acontecer.
Los vas a ver en muchas partes, pero
mientras no los veas instalados en tu alma, mientras no nos duelan profundamente como vástagos propios, mientras no decidamos
decir basta a esta realidad, van a seguir computándose cifras como estas:
11649 decesos en menores de un año;
3788 decesos entre 1 y 14 años. Lamentablemente, el siguiente grupo estadístico rige entre 15 y ... 44 años!!
Entre otras causas encontramos:1147
por enfermedades del sistema respiratorio, 787 por enfermedades infecciosas y parasitarias, 206 por enfermedades infecciosas
intestinales, 29 por tuberculosis!, 16 por otras enfermedades previsibles por vacuna!, 344 por septicemia, 58 por SIDA, 196
por desnutrición!!, 116 por meningitis...
Reconozcamos algo: somos parte del
problema y de la solución.
Fuente: Ministerio de Salud - República
Argentina - Datos oficiales año 2000
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La última hoja
Aún no quiero caerme.
Soy la última hoja
y pienso resistir
a la escasez de savia,
al viento que me empuja,
y al curso lógico,
que dice que ahora mismo
debería hacerme parte
del cementerio que veo,
que mi futuro es ser pasado
ocre, natural alfombra de nutrientes.
Si tengo que bajarme
quiero hacerlo de noche.
Viajaré en la brisa
hasta el murmullo
que saluda a tus pies.
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Buenos Aires y vos
Buenos Aires hoy
está bonita, hermosa como nunca,
hay estrellas salpicando la noche
y una luna distinta (misteriosa señora).
Corrientes es un río
desbordado de gente,
cada cual en su mundo
va pintando el paisaje.
No veo caras oscuras
incluso
me parece respirar otro aire,
más liviano
perfumado con risas.
O será
que camino a tu encuentro?
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Ratas
Ahí los ves
una actitud similar
a la de ratas.
Amontonados sobre la basura
revolviéndolo todo
cartones, diarios
algunos
vestigios de comida
otros
ropa, algo que sirva o no
todos.
Que asquerosas las ratas!
verdad?
(contaminan,contagian)
y cuando seas rata?
(date tiempo)
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Duendes
Cuando cada silencio sea un recuerdo
de ilusiones vestidas de utopías,
cuando cada sonrisa corresponda
a un beso navegando fantasías,
cuando (aunque no lo quiera) se me
escape
burlándose una lágrima escondida:
es seguro que está (como otros días)
salpicando mis horas sin medida
la historia que soñé pero no es mía.
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Algún barrio cualquiera
Algún barrio cualquiera
tipo seis de la tarde.
La cuchara marea vestigios de un
café
que nadie ha de tomar, pero no importa.
Cigarrillo, dos ojos congelados,
perdidos, enfrentando una ventana,
mirando para adentro, hurgando los
porqué
(que no contestan)
Por qué me enamoré de esta manera?
Por qué no se me apagan los sentidos
que me han hecho quererte?
Por qué no imaginaste que vendría?
Suicidar la mirada.
Monedas en la mesa.
Unos pasos buscando la vereda,
de una calle normal,
de algún barrio cualquiera.
-
Mis viejos
El vientre que me trajo
humilde como el pan y tan glorioso
compartió con un roble
que de erguido siempre ha rozado
el cielo,
la historia general del Universo,
como es poblar la tierra.
Ellos dos, sin dudarlo
fueron, son y seran
mis mejores amigos
porque dieron por mi lo que necesitaban,
porque son consecuentes entre verbo
y conducta,
porque puedo dormirme sabiendo que
estan cerca,
porque cuando hacen falta aún recibo
nalgadas,
Que se yo...
porque todo, aunque no importe nada.
-
Mal presagio
La calle está vacía, asemeja
un íngrimo esqueleto en el desierto.
No se percibe gente ni sonidos,
es cemento trivial, adormecido.
Igual que rio seco,
que un cielo indiferente a los celestes,
como ave en cautiverio.
Nada tiene sentido.
Esta calle vacía, arteria sin fluídos
presagia nuevos pasos al olvido.
-
Aridez
La plaza daba pena
sin voces ni canteros,
un par de hamacas rotas
y algún mechón de pasto
como muestra de otrora.
En el único banco
imperturbable,
la mirada olvidada en un lugar perdido
estaba el.
Un coro de silencios le embargaban
el alma,
emborrachando el rostro de soledad
antigua,
viajando hacia la asfixia del último
suspiro.
Era domingo
la plaza daba pena
y un ángel
le secaba los ojos a un muchacho
caido.
-
Pescador
El
río está sereno y la canoa
lo va cortando en dos
abre la estela,
que a la distancia siguen
a sabiendas,
de
algún bocado fácil
benteveos.
El espinel ignora la mesura.
Las manos en un rito
acostumbrado,
toscas, recogen,
el
pan, algarabía,
que aplaca, temporaria
la miseria.
El sol que se perdió tras de los sauces
determina que es
hora
de sosiego,
la mirada conforme
(otra no queda).
Un sapucai avisa
del regreso.
-
Chau-Chán
Tenés
el corazón encurdelado
y
no acertás el bondi que te lleve
al
charco donde se ahogan las nostalgias.
Tus
ojos son cristales astillados
por
darte a madrugar mirando estrellas
y
ronca tu garganta se ha quedado
de
tanto chamuyar con una sombra.
Piantá
las telarañas que te atrapan
y
sentite de nuevo barrilete.
La
vida, conventillo sin fronteras
rejunta
Recoleta y Balvanera.
Hacé
lo mismo vos:
sacate
los temores escondidos,
desnudate
la pìel de tanta pena
y
liquidá los últimos cartuchos
(ahora
que aún podés)
tratando de cazar alguna dicha.